La ciudad que brilla
He aquí una ciudad que brilla con mil destellos: Dol-de-Bretagne. Esta Petite Cité de Caractère® le transportará a la época de las catedrales, así que agárrese bien. Desde las alturas del Mont-Dol, déjese abrumar por una vista de 360°: la bahía del Mont-Saint-Michel y las marismas, y a pocos pasos, el yacimiento prehistórico de Lillemer y la abadía de Tronchet.
1.
Catedral de San Sansón
Déjese encantar por una de las catedrales más bellas de Bretaña y disfrute de una experiencia inolvidable que combina poder y maravilla arquitectónica. Entre en este remanso de paz bañado por la luz y descubra las joyas que lo componen. Testimonio del prestigioso pasado religioso de la ciudad de Dol-de-Bretagne, esta catedral gótica del siglo XIII le impresionará. ¡+ visita al catedralicio!
2.
La Grande Rue des Stuarts y sus casas
Pasee por la ciudad para descubrir las casas con entramado de madera, un patrimonio emblemático de Bretaña. Situados principalmente en la Grande Rue des Stuarts, albergan hoy en día tiendas y crean un ambiente en el que se entremezclan el pasado y el presente. Aproveche para relajarse en una terraza o para pasear por los adoquines.
3.
Le Menhir du Champ Dolent
Déjate encantar por la atmósfera mágica de este lugar con sus historias y leyendas. Este menhir de 9,30 metros, clasificado como Monumento Histórico, es uno de los mayores menhires en pie de Bretaña.
4.
Le tertre du Mont-Dol
No te pierdas el Moulin du Tertre, entronizado en la cima del Mont-Dol. Este molino harinero del siglo XIX, catalogado como Monumento Histórico, ha conservado su mecanismo original y sigue funcionando.
5.
La marisma blanca y negra
Parte de la marisma de Dol y situada por debajo del nivel del mar, la marisma blanca está formada por terrenos compuestos por aluviones marinos y arcilla. Los biez o canales servían para transportar madera, cañas y forraje cuando los caminos eran intransitables. Situada en una loma en el corazón de la marisma negra, formada por suelo de turba, Lillemer ha estado habitada desde el Neolítico.
6.
L’Abbaye du Tronchet
Antiguo monasterio benedictino, la Abbaye Notre-Dame du Tronchet fue fundada en 1117; fue destruida varias veces a lo largo de los siglos. La mansión de la abadía data del siglo XIII, la iglesia de la abadía que se puede visitar data del siglo XVII. En el claustro hay un notable acebo plantado en 1643.
7.
Lillemer y su centro arqueológico
Situado en un montículo en el corazón de la marisma negra formada por tierras de turba, Lillemer ha estado habitado desde el Neolítico. La turba de la marisma ha permitido una conservación excepcional y diversos trabajos han confirmado la existencia de un poblado de unos 4.000 años de antigüedad.
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