Durante todo el año, los ganaderos de la bahía del Mont-Saint-Michel cuidan con esmero sus rebaños de ovejas. Los animales pastan en los «herbus», praderas regularmente cubiertas por el mar, lo que da nombre al «agneau de prés-salés» (cordero de pradera salada) y confiere a la carne su sabor único.El «agneau de prés-Salés» tiene un sabor y una textura particulares porque se cría al ritmo de las mareas en la bahía del Mont-Saint-Michel. Las ovejas y sus crías pastan tranquilamente en estos pastizales, donde crecen plantas capaces de soportar la sal y que constituyen un alimento único y original para los herbívoros.La escasa vegetación de estos pastos obliga a los rebaños a caminar mucho para encontrar su ración diaria. Por eso su carne es tierna y su grasa firme;
